En la pequeña localidad de Herrán, al norte de la provincia de Burgos, se esconde un tesoro medieval. La majestuosa torre que preside un pueblo que ya albergaba asentamientos en la Edad de Hierro, ha sido restaurada para dar vida a un Hotel Rural que rezuma historia.

Adentrarse en una de sus siete estancias es hacerlo en un lugar que sin perder su encanto, ya que se conserva la arquitectura original, ofrece todo el lujo y comodidad de un establecimiento de cuatro estrellas donde respeto, confort y calidez son las señas de identidad.

¡Nuestras pinturas, nuestro tesoro!

Pero sin duda la joya que hace única a la Torre de los Templarios son sus pinturas, un conjunto de frescos compuesto por seis imágenes de un estilo gótico tardío.

¡Naturaleza pura!

Este establecimiento se encuentra inmerso en un entorno natural excepcional, en la entrada burgalesa al Parque Natural de Valderejo siguiendo el desfiladero del río Purón y  está rodeado de los campos, bosques y montes, propios del Valle de Tobalina.

En un entorno natural incomparable y que ofrece multitud de posibilidades, la casa rural no solo es un lugar idílico para una escapada de amigos, sino que además supone una apuesta por combatir la despoblación rural. La atracción turística que supone este emblemático rincón representa un impulso para reactivar la zona , atraer visitantes y ayudar a conocer Herrán, incomparable paraje enclavado en el Valle de Tobalina.